Un pastor estadounidense fue secuestrado a punta de pistola en Sudáfrica mientras predicaba.

Un pastor fue secuestrado por hombres armados y enmascarados mientras predicaba un sermón ante una congregación en la provincia sudafricana del Cabo Oriental, informó la policía el viernes.

Cuatro hombres irrumpieron en la iglesia bautista Fellowship en el municipio de Motherwell el jueves por la noche, robaron dos teléfonos celulares a los miembros de la congregación y se llevaron al pastor en su propia camioneta, informó la policía, que ahora ha iniciado una investigación por secuestro y robo a mano armada.

Los medios locales identificaron a la víctima como Josh Sullivan, de 45 años, del estado de Tennessee, pero la policía no confirmó la identidad.

Según el blog de la iglesia bautista Fellowship, Sullivan, quien se describió a sí mismo como un "misionero fundador de iglesias", su esposa Meagan y sus dos hijos llegaron a Sudáfrica en noviembre de 2018 para dirigir la sucursal de Motherwell.

Una imagen que muestra a Sullivan predicando detrás de un púlpito fue subida a X por un usuario llamado Tom Hatley. Sullivan identifica a un hombre con el mismo nombre que su pastor de infancia y formación en su propio blog. Hatley afirmó que publicaba en nombre de la esposa de Sullivan y oraba por su regreso sano y salvo.

Una mujer de Maryville, Tennessee, llamada Tonya Rinker, quien en su perfil menciona a Sullivan como su hijo, expresó su consternación en Facebook y pidió oraciones por su hijo, su nuera y sus nietos, añadiendo que la embajada estadounidense en Sudáfrica estaba trabajando para encontrarlo.

El portavoz de la policía, el capitán Andre Beetge, confirmó en un comunicado que la camioneta robada, una Toyota Fortuner plateada, fue encontrada abandonada en Motherwell poco después del incidente.

Además, la Unidad Antipandillas de la policía se ha hecho cargo de la investigación iniciada por el Servicio de Policía Sudafricano en Motherwell.

Beetge no quiso dar detalles sobre la víctima, pero afirmó que el protocolo dictaba que, una vez exigido el rescate, el caso se transferiría a los Hawks, una unidad policial especializada que investiga el crimen organizado, los delitos económicos, la corrupción y otros delitos graves.