La derrota más dolorosas de México ante Estados Unidos
Lo sucedido el domingo pasado en en Denver, fue uno de esos golpes que USA le dio al TRI.
El Tricolor suele ser superior a los Estados Unidos en el balon pie. La historia lo marca con los múltiples triunfos de los clubes mexicanos y la representación nacional en los torneos organizados por la FIFA, pero cuando gana Estados Unidos ante los aztecas, lo hacen en momentos claves y con un dolor que suele pegar en lo más profundo del orgullo nacional.
Estados Unidos sabe pegar y lo hace en momentos determinantes de la historia mexicana. Si bien el futbol no es su máxima pasión, ser competitivos los fortalece cuando se llevan el triunfo. La caída del domingo fue una de esas, pero hay otras que dolieron y en serio.
LA MÁS DOLOROSA
El 17 de junio del 2002, la batalla más importante del Clásico de la Concacaf se llevó acabo en tierra neutral. El estadio mundialista en Jeonju puso frente a frente a los gigantes de la región.
México llegó como claro favorito. Una generación con clase y calidad fue la que llevó Javier Aguirre a tierras asiáticas. Leyendas como Jared Borgetti, Cuauhtémoc Blanco, Rafael Márquez, Jorge Campos y Luis Hernández, fueron arropados por jugadores que brillaban en la Liga MX como el Conejo Pérez, Braulio Luna, Alberto García Aspe y el Cabrito Arellano.
Además de los pocos futbolistas que actuaban en Europa: Gerardo Torrado y Francisco Palencia, en el Sevilla y Espanyol de Barcelona respectivamente.
Por Estados Unidos, el recambio generacional se hacía más notorio, los Bocanegra, Wynalda, Balboay Lalas ya eran historia para darle paso a aquellos que serían sus referentes inmediatos. Claudio Reyna, DaMarcus Beasley, Brian McBride y sobre todo el jovencito de 20 años Landon Donovan, brillaron en esa justa.
México arrancó el partido con calidad. La puerta fue para Óscar Pérez; Chava Carmona, Manuel Vidrio, Rafael Márquez y Ramón Morales formaron la zaga mexicana. Gerardo Torrado, Johan Rodríguez y como media punta Cuauhtémoc Blanco, le dieron calidad y toque al medio campo. Cabrito Arellano y Braulio Luna corrieron por los extremos, mientras Borgetti buscó competir con los centrales americanos.
Los de las barras y las estrellas colocaron un 11 experimentado con Brad Fridel en el marco. El actual seleccionador Gregg Berhalter, Pablo Mastroeni, Tony Sanneh y Eddie Pope conformaron la zona baja. John O’Brien, Eddie Lewis y Claudio Reyna precisaron un tridente en contención para que Donovan como media punta y las dos torres, Josh Wolff y Brian McBride le hicieran daño al Tricolor.
Bruce Arena colocó las bases para saber cómo ganarle a México en el futuro. La estrategia fue clara, que los verdes atacaran y en la contra, golpear lo más que se pudiera. El primer gol cayó arrancado el juego. Donovan aprovechó el descuido y con ocho minutos en el electrónico, Estados Unidos se fue al frente en el marcador.
El cuadro azteca no dejó de buscar. Incluso, el Vasco Aguirre movió su parado a los 28 minutos. El Matador Hernández entró por un perdido Ramoncito Morales para acompañar al Zorro del Desierto. Cabrito y Luna fueron incisivos por las bandas, pero en el momento en el que Cuauhtémoc buscaba darle claridad al juego, O’Brien, Lewis y Reyna le cerraron los espacios. El descanso llegó ante los 36 mil 380 espectadores.
El segundo movimiento llegó. Aguirre notó que su medio campo era superado. Mandó a Sigifredo Mercado y dejó una línea de tres al fondo con la salida de Manolo Vidrio.
Con la ventaja, Wolff se fue y Earnie Stewart conformó un 4-4-1-1 en el parado norteamericano, con Donovan y McBride solitos al frente, pero sería suficiente. Landon logró desmarcarse y dejó para que Brian empujara el segundo para los del norte.
El ingreso de García Aspe sirvió de poco. Además, Rafa Márquez se fue expulsado.
La hazaña norteamericana estaba gestada. El quinto partido, ese porque el que México soñaba, se iría para los estadounidenses. El corazón y orgullo mexicano sufrió una de sus decepciones más grandes esa tarde en suelo asiático.
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