Advierten por la "enfermedad del ciervo zombie", podría contagiar a seres humanos

Autoridades sanitarias de Estados Unidos, advirtieron a la población por la propagación de un raro padecimiento conocido como la "enfermedad del ciervo zombie". La alerta se emitió luego de que los guardabosques del Parque Nacional de Yellowstone registraron a un animal positivo a este virus, el cual también puede infectar a seres humanos.

La caquexia crónica (CWD, por sus siglas en inglés), popularmente conocida como "enfermedad del ciervo zombie", sigue siendo un problema de salud para las autoridades estadounidenses, ya que hasta ahora no hay vacunas, ni tratamientos, que ayuden a curar este padecimiento. De acuerdo con los expertos, la caquexia crónica es una enfermedad priónica con la capacidad de afectar a personas y animales.

¿Qué es la caquexia crónica?

De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Texas, la caquexia crónica (CWD) es una enfermedad neurológica progresiva, mortal y degenerativa que afecta a los venados, alces, uapitís y otros animales. El padecimiento se descubrió por primera vez en ciervos bura cautivos en Colorado en 1967 y desde entonces se ha confirmado en aproximadamente 25 estados.

Hasta ahora, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, así como la Organización Mundial de la Salud (OMS), han confirmado que no hay evidencia de que la CWD represente un riesgo grave para los seres humanos. Sin embargo, como medida de precaución, se aconseja no consumir carne de animales que presenten infección por CWD, ya que podría contagiar con la enfermedad a los seres humanos.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad?

La CWD es una enfermedad lenta y progresiva, debido a que tiene una incubación prolongada. Los animales infectados con CWD pueden no producir ningún signo visible durante varios años después de infectarse. A medida que avanza la enfermedad, los animales con CWD muestran cambios de comportamiento y apariencia. Los signos clínicos pueden incluir:

Pérdida de peso progresiva

Tropiezos o temblores con falta de coordinación

Sed, salivación o micción excesivas

Pérdida de apetito

Rechinado de dientes

Postura anormal de la cabeza