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En Guayaquil tienen problemas para enterrar a los muertos por coronavirus


La fulminante propagación del coronavirus en la provincia de Guayas, cuya capital Guayaquil es una de las ciudades del mundo más castigadas por el coronavirus per cápita, ha creado una situación de abandono de cadáveres que las autoridades tratan de resolver.

El desbordamiento de la situación en Guayas (suroeste), donde han muerto 52 personas de los 79 fallecidos por coronavirus en todo Ecuador, ha llevado al Gobierno de Lenín Moreno a poner en marcha esta semana una Fuerza de Tarea Conjunta, y coordinar la recolección general de cadáveres.

UNA COSA TRAS OTRA

Para Jorge Wated, jefe de esa Fuerza, en estos momentos la presencia de cadáveres en las viviendas “está relacionada con la poca capacidad que tienen las funerarias de la ciudad de dar sus servicios mortuorios en conexión con los camposantos de Guayaquil”.

 
 

A las funerarias desbordadas de trabajo, se sumaron otras, generalmente pequeñas, que se niegan a seguir los procesos por temor a contagios al desconocer la causa del fallecimiento.

Y a esto, se sumó la dificultad que conlleva el toque de queda, por quince horas, a partir de las 14.00 hora local, en todo el país, que complica los trámites de defunción, algo que intentan solucionar ahora con la extensión de ciertos horarios de trabajo.

Por ello, con la nueva Fuerza de Tarea se busca facilitar la realización de trámites, evitar que personas salgan a las calles y entregar los documentos en el hogar en caso de que la gente desee enterrar por cuenta propia a sus muertos.

Pero hay cuerpos que las familias han preferido que sean retirados por las autoridades. Entre el lunes y martes “hemos sepultado aproximadamente cincuenta personas”, aseguró Wated a Efe.

SITUACION ALARMANTE

Y es que el dolor por las muertes en la provincia ecuatoriana del Guayas, donde el contagio de la COVID-19 es de los más altos del mundo si se tiene en cuenta el número de población, se ha duplicado por la imposibilidad de enterrar a muchas personas que han fallecido en sus hogares, donde han permanecido durante días.

“¿Qué está pasando en el sistema de salud pública del país?. No retiran a los muertos de las casas, los dejan en las veredas, caen frente a hospitales, nadie los quiere ir a recoger”, alertaba el fin de semana la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, desde el aislamiento en su casa por ser una de las contagiadas de COVID-19.

Se hacía así eco de las denuncias ciudadanas que, a través de la prensa y en redes sociales, clamaban para que las autoridades levanten los cadáveres de los domicilios, mientras otros, envueltos en llanto, ruegan que les entreguen los cuerpos de sus familiares fallecidos en hospitales hace días.

 

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